lunes, 21 de junio de 2010

volvió a casa sin cantos, sin ballenas---

hoy por la noche revivó el muerto de la sonrisa dulce, ese que se olvidó sin querer hace ya varios meses que se convirtieron en un par de años.
no me di cuenta! en un abrir y cerrar de ojos se encontraba junto a mi, con la mirada pícara de siempre y esa sonrisa maldita que no me dejó en paz ni en sueños. pensandolo bien, en sueños es cuando más acechaba... pues en vida me había abandonado persiguiendo ballenas diferentes.
era la media noche cuando escuché su voz llamandome.
¿eres tú?- pregunté-
soy yo -respondió-
y después bailamos en la oscuridad como años atrás, sin evitar la lluvia que caía, sin huir de la penumbra que nos rodeaba, disfrutando cada caricia disfrazada de accidental roce, cada mirada sin esquivar... luz de velas, olor a alcohol, sentiemiento de culpa.
"...y yo tapandote de la lluvia y tu evitando que tropezara..." palabras que suenan tan viejas y ahora hacen eco en la memoria.
afortunadamente ya no hay escalofríos... solo ganas de revivirlo y sentirlo caliente, latente, viviente... prometió volver en invierno, a salvarme del frio... desafortunadamente, el frio lo provocan sus promesas vacias de siempre... solo qeda la certeza de que para encontrarme, debe perderse de nuevo y darse cuenta de lo mucho que extraña a mis ballenas.
hasta entonces o hasta nunca, me queda el recuerdo de la noche bella de agosto, en la que la ciudad fue nuestra, la oscuridad que la azotó fue nuestro escudo contra todos... la noche que no hubo vuelta atrás y nos entregamos ciegamente... la noche que el secreto no se contó a nadie... hasta que llegó la mañana y el hechizo se rompió para jamás volver.
suspiros y un poco de lluvia. la combinación perfecta para la melancólica yo