Todo comenzó un día cualquiera, estando en mi realidad... escuché al fantasma cantando una melodía familiar. Lo llamé por su nombre y a partir de ese momento, con la sobrenatural convivencia me fui metiendo cada vez más en el mundo intangible donde me enamoré.
Diario hablamos, diario reímos... diario sueño, diario pienso, diario sufro.
Al principio parecía fácil... ahora yo se que no lo es. El fantasma no tiene corazón, así que no siente... quise prestarle el mío, pero sus heladas manos lo oprimieron tanto que me enloqueció... ahora yo soy el alma en pena, muerta en vida, sin poderme morir para estar con el... sin poder vivir por la ausencia.
Estúpida! ¿Cómo te permites este tipo de cosas? ¿Cuántas veces más te tiene que pasar para entender que...? ¿Así va a ser siempre? viviendo la vida en sueños tan inalcanzables...
Lo abstracto me favorece, soy más feliz en mi mente de lo que jamás seré en sangre y hueso...
No hay comentarios:
Publicar un comentario